El control de sistemas del hogar a distancia ya es una realidad tanto para viviendas nuevas como usadas.
Hace años que el término domótica sonaba en el mundo, pero en el país, recién ahora comienzan a registrarse sus primeros avances. La oferta en el mercado inmobiliario aún es escasa, ya que son muy pocas las viviendas a la venta que cuentan con centrales inteligentes que permiten controlar a distancia elementos como la temperatura, las luces y los aparatos eléctricos, a través de un computador con conexión a internet o el teléfono.
Pero no es necesario gastar grandes sumas de dinero ni comprar una casa nueva para contar con una vivienda inteligente.
Es que algunas empresas chilenas ya ofrecen kits que se pueden implementar en casas usadas. Éstos pueden ser muy simples, con la automatización de pocos dispositivos, o más complejas, permitiendo que la casa prácticamente funcione sola.
El usuario puede programar la central a su gusto y así establecer a qué hora se debe prender la cafetera o las luces y cuándo se deben cerrar las persianas.
La gracia está en el comando a distancia. Así, la dueña de casa puede dejar el pollo en el horno mientras está trabajando y prenderlo, a través del teléfono, apenas salga de la oficina para que cuando llegue la cena esté lista para servir.
La instalación de sistemas domóticos en las casas es bastante simple. La mayoría de las operaciones se realizan por intermedio de módulos que se intercomunican a través de la red eléctrica existente, por lo que no es necesario hacer grandes cambios o modificaciones a la vivienda.
Más neuronas
«Actualmente existen soluciones orientadas a distintos segmentos de mercado. Las hay desde complejos sistemas que requieren de una instalación y mantención especializada y soluciones tan sencillas que cualquier persona podría comprar un kit e instalarlo en su casa sin necesidad de ayuda especializada», afirma Cecilia Araya, gerente general de Telemergencia.
La empresa cuenta con el servicio hogar comunicado. «Este plan permite que nuestros clientes controlen los artefactos del hogar que no requieran de programación para funcionar y sólo tengan la función on-off. Además permite manejar a distancia la activación del sistema de alarmas o encender luces simulando presencia. El control se realiza mediante internet o usando la voz a través de un teléfono fijo o celular o bien vía SMS», explica Araya. Además de facilitar la vida, agrega la ejecutiva, este concepto también permite generar ahorros energéticos y de tiempo liberando al usuario de acciones rutinarias, aumentando la seguridad en el hogar al simular presencia o manejando en forma remota el sistema de seguridad. También se pueden crear distintas escenas ambientales en el hogar, facilitar la telemedición de consumos domiciliarios e incorporar permanentemente nuevos servicios orientados al hogar como un centro de convergencia e información de la familia. Además entrega comodidad y ayuda a personas con problemas de autovalencia pues les permite realizar muchas operaciones de rutina en un hogar.
Por ejemplo, Bdomótica Chile cuenta con un Kit básico CLC de la línea domiciliaria que permite controlar ocho cargas eléctricas, de las cuales seis pueden ser luces, cerraduras, riego automático, aire acondicionado, y las otras dos son pulso para controlar cerraduras y portones eléctricos, persianas u otros.
«Este kit es de fácil instalación, no requiere de grandes transformaciones en el hogar y se puede instalar en poco tiempo, por lo que la mayoría de las personas no tienen inconvenientes. Para la instalación se debe descargar el software al computador, conectar la interfase, cambiar los interruptores y hacer click para controlarlos. Si se quiere controlar mas cargas esta el kit CLC MOD que permite incorporar hasta 256 cargas, como para automatizar lo que uno quiera. Así existen variadas alternativas que permiten al usuario final adquirir desde una solución básica, a un costo absolutamente asequible, hasta soluciones domóticas más avanzadas que se adapten perfectamente a sus necesidades y requerimientos», explica Raimundo González, administrador general de Bdomótica Chile.
Sobre los precios, Luis Camilla, director de ingeniería de ejecución en electricidad y electrónica y automatización de procesos industriales de DuocUC, explica que éstos varían dependiendo de la solución que se está buscando.
«Instalar regadíos programados o alarmas tiene costos relativamente bajos, unos 100 dólares. Instalaciones sofisticadas con centros de control, buses de comunicaciones internas, centros de entretenimiento, detectores de presencias, reconocimiento de voz, control remoto de actividades o centros de control inalámbrico pueden llegar a los 12 mil dólares e incluso más», indica.
José Luis San Juan, gerente de negocios para Sudamérica de Secant, sostiene que las personas deben ser cautelosas al momento de incorporar soluciones domóticas a sus casas: «Es importante desmitificar la domótica y mirarla cara a cara, olvidarnos de las cosas que en su momento nos parecieron increíblemente novedosas, pero que una vez que las piensas más a fondo llegas a la conclusión de que serían más un problema que una ayuda. Es más positivo y creativo que los clientes analicen sus preferencias en detalle y que definan qué es lo realmente práctico y útil y qué son elementos efectistas que no nos aportan nada o casi nada, aparte de un incremento importante en el precio de nuestro sistema integral domótico. El futuro usuario de un sistema domótico debe pensar en forma práctica y no en tirar pinta», sostiene.
El ejecutivo agrega que todavía son muy pocos los usuarios de viviendas que piden incorporar soluciones domóticas a sus casas: «Igualmente se puede hacer, pero es bastante más molesto tanto para los técnicos como para los propietarios. Lo hacemos muy de vez en cuando, es un porcentaje mínimo quien lo pide». Sin embargo, es una tendencia que se está dando cada vez más en las nuevas construcciones.
La empresa Secant instala el programa Cardio, que aprovecha los diversos sensores de su sistema de seguridad de 16 zonas para condicionar la iluminación. Así, si usted se despierta por la noche a buscar un vaso de agua, las luces podrían encenderse suavemente a su paso. O su sistema de riego puede estar programado por un sensor de humedad, de modo de evitar regar cuando ha llovido.
Raimundo González, de Bdomótica, sostiene que hasta al momento los chilenos han reaccionado con algún grado de escepticismo debido al alto costo asociado a estas soluciones. «Esto ha cambiado sustancialmente debido a la drástica baja en los precios de los hardware electrónicos, lo que ha facilitado el desarrollo y fabricación de soluciones domóticas al alcance de la mayoría de los consumidores».
Pero a pesar de que en los países desarrollados la industria de la domótica ha entrado con fuerza y mueve millones de dólares, el mercado chileno está recién empezando a dar sus primeros pasos: «Chile se ha caracterizado por ser un mercado muy conservador en lo domótico, desconfiado y huidizo.
Mientras en el mundo entero se movían cifras millonarias, en Chile hasta hace un par de años el mercado era casi inexistente. Recién el año pasado empezamos a ver un renovado interés, lo cual nos alegró mucho porque sabíamos que Chile no podía quedarse ajeno a esta tecnología tanto tiempo», afirma José Luis San Juan.
«En general no es una solución muy común en los hogares chilenos. Pero tiene que ver un poco con la errada idea de que se trata de un sistema complejo tecnológicamente e inalcanzable desde el punto de vista económico. Creemos que poco a poco esto va a ir cambiando y, por ejemplo, va a ser demandado por personas con problemas de autovalencia, que a través de este sistema pueden mejorar su calidad de vida», afirma Cecilia Araya, de Telemergencia.
Llegan edificios inteligentes
La inmobiliaria Delsa estrenó a fines del año pasado el edificio Neohaus Brasilia, donde cada departamento cuenta con una central domótica. Cristóbal Sáenz, gerente general de la empresa, explica que primero partieron construyendo edificios 100% eléctricos: «Al hacerlo, nos fuimos dando cuenta de que era posible establecer relojes que controlaran los distintos dispositivos de un departamento para gestionar y abaratar costos. Quisimos hacer lo mismo en una forma más sofisticada y por eso decidimos incorporar la domótica», explica el ejecutivo. El edificio cuenta con sensores de humedad en todos los baños y la loggia, de temperatura en la cocina, de humo y movimiento en el hall, contacto en la puerta de acceso, aire acondicionado y luz en el hall. Todo esto se puede manejar a distancia a través del teléfono.
Sáenz cuenta que el mix de sus compradores está compuesto en la mitad por matrimonios jóvenes «que son quienes más aprecian los sistemas domóticos» y matrimonios de edad «para quienes estos elementos no resultan tan trascendentales».
La evaluación del proyecto ha sido positiva y por eso ya tienen pensado construir un edificio en Hamlet con Las Torcazas, con departamentos de un dormitorio, y que cuenten con una central domótica, «aunque más básica y con menos funciones porque es más chico», afirma Sáenz.